3. Certificación: ¿Usted se dejaría operar por un médico que está en proceso de graduación? ¿Se arriesgaría a entregarle su dinero a un casi ingeniero constructor para que construya su edificación? ¿contrataría un estudiante de último semestre de derecho para que lo defendiera en un juicio? Si la respuesta a estas preguntas es no, entonces exija que su consultor tenga como mínimo un certificado de carrera profesional y la certificación de SAP del módulo que va a soportar o implementar.
Una mala implementación de SAP pone en riesgo su criterio como Líder de TI y de paso, se vuelve un referente negativo en el mercado a nivel mundial.
Un consultor SAP serio tendrá su certificado SAP, por que tuvo que pagar su respectiva academia de formación especializada y ha presentado un examen muy duro, que avala sus conocimientos. De lo contrario, ni siquiera puede ser catalogado como Consultor Junior. Ya que usted tiene a mano estas claridades, y que usted quiera asumir los riesgos del caso por no hacerse a los servicios de un consultor cualificado y certificado… bueno, ese es otro tema.
Como este tema es tan amplio y existen una cantidad de opiniones al respecto, lo detallare más en otro artículo.
4. Actitud de Servicio: Este es el grado de profesionalismo máximo de un consultor y es el más delicado para la imagen, tanto propia, como de la empresa que representa. Debe saber que actitud no es sonreir gratamente, hacer amigos y ser el mas querido del equipo.
Con respecto a este tema, pregúntese: ¿Cómo trata el consultor contratado a sus compañeros de trabajo? ¿Y al cliente? ¿Cómo documenta la gestión realizada de cara al cliente? ¿Le interesa terminar su trabajo rápidamente, o se toma el tiempo para que el cliente quede satisfecho? ¿Es accesible cuando se le pregunta algo? ¿Cómo responde a las objeciones del cliente y de los Jefes internos? Habla de los riesgos que pueden presentarse en el proyecto? Cómo responde a las demandas de la gerencia de proyectos? ¿Sonríe y evade los temas con falta de responsabilidad? ¿Aprende de sus fallas y se asegura de no cometer el mismo error? O, por el contrario, ¿le carga su responsabilidad a otra persona? ¿tiene más excusas o soluciones? ¿Aporta algo más que su imagen?
Al analizar las respuestas a estas preguntas permite, en muchos casos, concluir que existen consultores junior muy maduros y unos consultores senior que necesitan mejorar ampliamente su percepción de actitud.
5. Habilidades Integrales: Hoy en día no sólo se debe contratar el conocimiento, sino la integración del mismo con otras disciplinas. Vale la pena preguntar en el caso de una consultoría por servicios, si el perfil en cuestión tiene bases sólidas de mejores prácticas SAP, gestión de calidad y servicio al cliente, técnicas de redacción, pruebas y documentación, y si a todas estas sabe generar especificaciones técnicas, funcionales, blue print de su módulo, integraciones con otros módulos de SAP y conoce de procesos de gestión de cambio organizacional.
Todo lo anterior suma a la hora de tener un gran equipo de trabajo.
De no ser así, vale la pena que genere un plan para gestionar estas brechas, porque todo esto suma en imagen y resta en tiempo del proyecto y en desgaste del Gerente del Proyectos y del Cliente.